Estas son algunas sugerencias:
¡Una alegría para tu desayuno!
Aromáticos y con intensos sabores, enamoran por la combinación de matices y ácidos. A nivel nutricional, aportan vitaminas (C y E) y antioxidantes.
Un zumo de limón en ayunas o añadido a tu desayuno es una inyección de salud. Favorece la depuración del organismo y la eliminación de toxinas. Además, su contenido en vitamina C estimula el metabolismo.
Jugosa y refrescante, se desgrana en múltiples semillas que puedes incluir fácilmente en la primera comida del día. Baja en calorías, la granada se compone de un alto porcentaje de agua y aporta potasio, ácido cítrico y taninos.
En sus múltiples presentaciones, puede mezclarse con fruta fresca, semillas, cereales, frutos secos,… ¡Tu imaginación pone el límite! De leche de vaca, cabra u oveja, protege la flora intestinal y el sistema digestivo.
Se diferencia del yogur en el proceso de fermentación que, en este caso, es una reacción lacto–alcohólica. Su textura es más líquida y el sabor más intenso. Es beneficioso para el sistema digestivo y frente a infecciones bacterianas.
Con menos sodio y calorías que el queso curado, se incorpora al desayuno en forma de queso batido, cremoso, 0%,… ¡Multiplicará tus opciones!